El traje de novia es sin duda el centro de atención, pero el vestido de las invitadas a la boda también pasa revista. Por eso, elijas la prenda que elijas, no olvides repasar esta serie de pautas que te ayudarán a evitar errores y sentirte fuera de lugar:

 

-El color del vestido: Partimos de la norma más básica para las más despistadas. Bajo ningún concepto hay que elegir el blanco. Como bien sabemos, la protagonista es la novia y debe sobresalir por encima de todas. Otra cosa es que sea una boda playera e informal. Este tipo de eventos suele requerir en la propia invitación si hay que ir de este color. El vestido negro completo tampoco suele recomendarse, a no ser que le des vida y color mediante los accesorios.

 

– Estamos acostumbrados a escuchar que los vestidos cortos son para el día y los largos para la noche, pero la realidad es que este consejo seguido a pie juntillas hace aguas. Para acertar nada más fácil que tener en cuenta cuándo y dónde se va a celebrar el enlace. En pocas palabras, se trata de conjugar gusto y sentido común: No es lo mismo una boda por la iglesia que una ceremonia civil  en la playa.

 

-Si la boda es por la mañana decídete por una pamela o tocado para completar tu estilismo. Por la tarde/noche mejor prescindir de este accesorio o llevar un tocado pequeño y discreto.

 

– No es ni elegante ni apropiado un vestido excesivamente corto, con muchas transparencias o muy apretado, que además puede marcar demasiado la ropa interior. Un largo aceptado es el de la rodilla o como mucho tres dedos por encima de la misma.

 

– Evita los vestidos sobrecargados con lentejuelas y pedrerías y, los excesos en general, si asistes a una boda de día.

 

–  Ojo con los accesorios, influirán tanto como el vestido en el resultado final de tu imagen. Bolsos, collares, pendientes…No descuides ningún detalle que pueda perjudicar tu look general.

 

-Cuidado con el estado de la espalda si optas por un vestido al descubierto por esta zona. En invierno esta parte del cuerpo está menos cuidada y en verano suele dejar constancia de las antiestéticas franjas blancas del bañador. Te recordamos cómo lucir los vestidos con escote en la espalda.

 

-Puedes arriesgar con los escotes, pero ten en cuenta no caer en la vulgaridad. Tanto si eres creyente como no, recuerda que cuando la boda es en la Iglesia lo apropiado es llevar el escote y los hombres tapados con alguna otra pieza que puedas quitarte fácilmente más tarde.

 

Sí al tacón pero no a los taconazos, a no ser que lleves otro calzado de repuesto. Piensa que son celebraciones que se saben cuando empiezan pero no cuando terminan. Un zapato inadecuado, con toda seguridad, hará que te sientas incómoda.

 

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