Algo nuevo, algo azul, algo viejo y algo prestado. ¿Quién no ha oído esta especie de código obligado para la novia? Aunque cada vez son más las que huyen de lo clásico tanto en los vestidos de novia como en la celebración del enlace, lo cierto es que hay tradiciones que siguen estando bien presentes en muchas bodas en Mallorca. Y es que los ritos y los símbolos nos persiguen durante años y años sin que ni siquiera sepamos siempre de su procedencia.

Con ayuda de nuestros expertos de Bonaire Novias, tu tienda de novias en Palma, nos detenemos en una de las tradiciones de boda más extendidas. Al igual que otras costumbres como el lanzamiento del ramo, el juego de arras o la lluvia de arroz, esta práctica se realiza como fuente de buenos deseos para la pareja.

Llevar algo nuevo: un mundo nuevo por vivir

Esta tradición es posiblemente la más fácil de cumplir y suele materializarse mediante el estreno del vestido de novia. Simboliza la alegría por empezar una nueva vida común; por vivir de forma exitosa nuevas aventuras; por emprender un nuevo camino en pareja con la ilusión de lo que está por venir…

Además de esta simbología, debemos tener en cuenta que el traje de novia es el centro de todas las miradas durante el enlace, pero también uno de los principales recuerdos que quedan grabados en nuestra mente y en la de nuestros invitados. Más allá de las formas, cortes o escotes preferidos, nuestros expertos en moda nupcial aconsejan decantarse por un modelo nupcial que realce nuestros puntos fuertes y disimule aquellos que menos nos gusten para disfrutar por entero de nuestro gran día B.

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Llevar algo viejo o antiguo: el recuerdo de los orígenes

Empezar un nuevo camino no es sinónimo de romper con todo lo anterior, los lazos familiares o las amistades. De ahí que la tradición marque incorporar al look nupcial algo viejo o antiguo que simbolice la conexión entre el pasado y la continuidad. La mayoría de novias opta por incluir una joya con gran valor sentimental o de alguien de la familia. Otras siguen esta tradición reutilizando el velo o el tocado de una amiga o de un familiar, por ejemplo.

Las novias «más modernas» incorporan este “pasado” con objetos personales y prendas propias como su anillo de pedida, su sombra de ojos favorita, su barra de labios preferida, su perfume fetiche…

Llevar algo prestado: el traspaso de la felicidad

Este dicho se apoya en el más puro símbolo de la amistad. Se considera que si la novia recibe algo prestado por una persona feliz y cercana, el matrimonio vivirá en felicidad. Algo así como un traspaso del bienestar conyugal. La lista de objetos es enorme pero normalmente se toma prestado el velo, los pendientes, el cancán… Eso sí, para que haga efecto es importante acordarse de devolver el objeto tras darse el sí quiero en Mallorca.

Llevar algo azul: la señal de la fidelidad

El azul se cuela en el look nupcial como símbolo de pureza, amor y fidelidad. Aunque lo más habitual ha sido introducir esta tonalidad discretamente en pequeños detalles -por miedo a desentonar con el blanco del vestido de novia (en el encaje de la ropa de interior, en una cinta en la liga, en el ramo, en un lacito escondido, en el grabado de unas iniciales ocultas…)- esta tradición adquiere cada vez mayor protagonismo en zonas más visibles (sobre todo en el caso de las novias más atrevidas) como en los zapatos de novia, en los pendientes, en el collar

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